lunes, 14 de diciembre de 2015
lunes, 29 de junio de 2015
(.De Mi.)
No sé desde cuándo una sombra nos sigue ni cuándo nos suelta. No sé qué es la lluvia cuando aún no ha caído, ni el rastro de un pájaro cuando aún no hizo vuelo.
No sé de qué está hecha la belleza, a no ser de fe, ceguera y fuego.
Dudo siempre de qué lado de una pesadilla me encuentro, así como jamás sé si tuve un sueño o fui soñado por otra persona.
Carezco de nociones sobre el amor cuando amo, y aún menos sobre la vida en el instante en que todo está demasiado calmo.
No logro imaginar el paso del tiempo, porque no hay sonido o hueso o sangre que logre detenerlo.
Desconozco qué seguirá a la voz que me llama, al cuerpo que viene, al ardor que me abraza.
Todo lo que sé de mí proviene de cada una de mis ignorancias.
lunes, 25 de mayo de 2015
Por primera vez...
La inmensidad del amor no puede reducirse a un sistema nervioso
excitado, a mariposas en el estómago, a besos robados y a la alegría de estar
juntos. El amor también abriga en su antiguo corazón el furioso sentido de
soledad, el corazón desgarrado incapaz de ser reparado; este amor acoge a quien
se siente abandonado, perdido, nunca tomado en cuenta. El amor es capaz de
aceptar el pánico más crudo en sus entrañas, una ola de horror en medio de la
noche cuando los niños están durmiendo, el tedio más profundo apareciendo de la
nada. El amor es incertidumbre también. Amor es sentirte tan inseguro como
cuando fuiste arrojado por vez primera a este mundo incontrolable, cuando te arrancaron
la seguridad del útero, completamente exhausto, pero respirando por tu cuenta,
por primera vez, victorioso.
martes, 13 de enero de 2015
.Poesía Vertical.
.Desbautizar el mundo,
sacrificar el nombre de las cosas
para ganar su presencia.
El mundo es un llamado desnudo,
una voz y no un nombre,
una voz con su propio eco a cuestas.
Y la palabra del hombre es una parte de esa voz,
no una señal con el dedo,
ni un rótulo de archivo,
ni un perfil de diccionario,
ni una cédula de identidad sonora,
ni un banderín indicativo
de la topografía del abismo.
El oficio de la palabra,
más allá de la pequeña miseria
y la pequeña ternura de designar esto o aquello,
es un acto de amor: crear presencia.
El oficio de la palabra
es la posibilidad de que el mundo diga al mundo,
la posibilidad de que el mundo diga al hombre.
La palabra: ese cuerpo hacia todo.
La palabra: esos ojos abiertos.
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