Lo político es lo fraterno, esas redes que se hilan sin calcar el tejido turbio que se nos impone.
Yo deseo lo abierto, no lo cerrado.
Como la espera del abrazo, no como el ultraje, la asfixia y el ahogo.
Yo deseo lo que se abre, no lo que se cierra.
Como las manos extendidas, no como el cuerpo violentado.
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